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José María Carrascal

Puigdemont y Sánchez

Aseguraba tener a todos los catalanes tras él y resulta que dentro de su gobierno había escépticos

José María Carrascal

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Aseguraba tener a todos los catalanes tras él y resulta que dentro de su gobierno había escépticos. La purga que Puigdemont ha hecho en su equipo muestra la patética condición en que ha devenido el partido hegemónico en Cataluña durante décadas. Convergencia ha perdido ... el nombre, la sede, dos presidentes, el prestigio y todo apunta que, más pronto que tarde, perderá también el poder . En realidad, lo ha perdido ya, pues quien dirige la política catalana es la CUP, un grupo antisistema dispuesto a no dejar títere con cabeza. Para la burguesía catalana que representaba tiene que ser humillante, para sus dirigentes, angustioso. Pero como intentan salvar los muebles, quiero decir, el patrimonio, se empeñan en seguir. Sin darse cuenta de que la mejor, por no decir única, manera de conservarlo es reconocer el error y llegar a un acuerdo con la fiscalía, como ha hecho Oriol Pujol. Seguir por donde van les conduce, no al choque de trenes, sino a la desbandada, que ya ha empezado. Creían que Artur Mas , con una astucia digna de Ulises, les devolvería a Ítaca, su reino original (estoy citando frases literales) y a lo que les lleva es al sálvese quién pueda. Demasiado fácil atribuirlo a «la pela es la pela», pues hay más, mucho más, empezando por la pérdida de la europeidad, como Juncker ha vuelto a advertirles. O sea, no a Dinamarca sino a Albania. ¡Ellos, los más europeos de los españoles!

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