«El diésel tiene los días contados», dijo un buen día la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, con esa mezcla de amateurismo y dogmatismo que caracteriza al Gobierno. Las consecuencias han sido inmediatas, con un desplome de las ventas de vehículos de esta gama ... y la incertidumbre generada en un sector productivo que no puede tener «los días contados». El peor combustible es la irresponsabilidad.
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