Suscribete a
ABC Premium

Sánchez frustra a los espías

¿Por qué el presidente tiene que tomar decisiones con peor información que otros líderes?

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno EFE
Ana I. Sánchez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Cualquier ciudadano de a pie entiende que si hay un organismo del Estado que no puede trabajar frustrado es el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). En el imaginario colectivo persiste la creencia de que su modus operandi es el del famoso 007 -saga odiada por ... los analistas por su nulo parecido con la realidad-, pero todo hijo de vecino comprende que, en un entorno de amenaza yihadista, cambios de alianzas, guerras híbridas, robo de patentes o escuchas entre países aliados, el CNI es una herramienta fundamental y no puede operar desmotivado. Aznar inició la transformación de este organismo hacia una concepción mucho más avanzada e integral. Zapatero la mantuvo y Rajoy avanzó en ella para convertirlo en el eje de las políticas públicas, bajo liderazgo de Presidencia, como sucede en las grandes potencias occidentales. En esas estábamos cuando llegó Pedro Sánchez y rebajó el CNI desde Vicepresidencia a Defensa, de donde los estrategas pidieron salir hace años. Con esta maniobra, paraliza su transformación y devuelve a la agencia una concepción mucho más paleta, si se me permite el término. Vuelve a la visión centrada en la seguridad, cuando el CNI -y toda su competencia- entra ya en cualquier asunto estratégico: economía, finanzas, telecomunicaciones, infraestructuras, abastecimientos...

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia