Tiempo recobrado
La saga/fuga de C. P.
Este farsante es un pícaro, sin ética ni estética, que ha abusado demasiado de su suerte
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Iniciar sesiónCastroforte del Baralla es la imaginaria ciudad de Gonzalo Torrente Ballester donde un buen día se esfuma la reliquia del santo, lo que sus habitantes interpretan como el inicio de una serie de desgracias. La primera es la desaparición de las lampreas.
Hay en ‘La ... saga/fuga de J. B.’, la obra más genial del novelista gallego, un profesor llamado José Bastida, que posee las mismas iniciales que el mesías que vendrá a salvar a Castroforte de su destrucción, según la leyenda. La historia se repite en torno a personajes que llevan ese nombre, mientras Torrente recrea el estúpido fatalismo de sus habitantes, obsesionados por la conspiración de sus vecinos de Villasanta de la Estrella, a los que achacan todos sus males.
Si se lee de nuevo la obra, publicada a principios de los años 70, es imposible no encontrar paralelismos entre los que está sucediendo en Cataluña y el provincianismo y los complejos de los nativos de Castroforte. Carles Puigdemont bien podría ser también ese Bastida, un personaje esperpéntico, un zascandil que vive del cuento.
Si Bastida seduce a sus contertulios en sus charlas de café, Puigdemont ha logrado convertirse en un mesías del independentismo gracias a una serie de casualidades y circunstancias del destino que le encumbraron a donde jamás hubiera llegado por sus méritos.
A diferencia de Oriol Junqueras, que sí tuvo un comportamiento digno y coherente, por mucho que no estemos de acuerdo con sus ideas, Puigdemont es un cobarde que dejó tirados a sus compañeros de Gobierno y salió huyendo en un maletero, sin importarle la dignidad del cargo que ejercía.
Es un mequetrefe con una habilidad excepcional para la intriga, que instiga a sus seguidores a lanzarse al ruedo, mientras él contempla los toros desde la barrera, protegido por su condición de eurodiputado y refugiado en su cómoda residencia de Waterloo.
Parece increíble que un sujeto tan mediocre, que recuerda al barón rampante de Calvino que promete no pisar jamás el suelo, haya puesto en jaque al Estado español y haya conseguido desestabilizar nuestra democracia. Y lo que es peor que este personaje haya logrado importantes apoyos en Europa.
Torrente acaba así su saga/fuga: «Castroforte parecía una nube lejana, donde el rey Artús quizás empezara a proponer al pueblo la proclamación inmediata de la independencia hasta que en el Reloj del Universo sonara la hora del regreso».
Ni los independentistas ni Puigdemont van a regresar. Son un caso perdido por mucho que se intente dialogar con no quiere escuchar y ha optado por aislarse en una nube. Pero, tarde o temprano, C. P. tendrá que sentarse en el banquillo. Su saga/fuga acabará mal, pero no porque exista una justicia histórica sino porque este farsante es un pícaro, sin ética ni estética, que ha abusado demasiado de su suerte.
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