Tiempo recobrado
Ese es mi bistec, Valance
Una relación compleja en la que siempre gravita la sombra de la ausencia del que no está
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónHe pasado las últimas horas del año y las primeras del entrante absorbido por el deleite de leer «El asesinato de Liberty Valance», el libro de mi querido amigo Eduardo Torres-Dulce. Su cuidada edición y la galería fotográfica hacen indispensable esta obra para los ... amantes de John Ford, al que muchos consideramos el mejor director de la historia del cine.
Coincido con Torres-Dulce en que la película de Ford es mucho más que un western: es una meditación desgarradora sobre el destino, un tratado metafísico sobre el ser y una parábola sobre la condición humana. Hay que leer el segundo capítulo de este libro en el que analiza los misterios y secretos del filme. Es una verdadera joya literaria.
Torres-Dulce explica magistralmente lo que para mí es la esencia de la película y lo que siempre me deja hipnotizado cuando la veo: su ambigüedad. Cuando aparece el «the end» en la pantalla, en realidad no sabemos quién ha matado a Liberty Valance, si Hallie se equivocó al no elegir a Tom Doniphon, por qué Ramson Stoddard vuelve a Shinbone o si la narración es una invención para reforzar una leyenda.
Como en muchas de las grandes películas, y pienso en «El año pasado en Marienbad» de Alain Resnais, las imágenes tienen una sintaxis propia y dejan abierta cualquier interpretación. Resnais lo lleva al extremo hasta el punto de que el espectador llega a creer que la película es una ensoñación sin ninguna conexión con la realidad.
Una de las secuencias finales de «Liberty Valance» resulta especialmente perturbadora: cuando la cámara capta un cactus con flores sobre el féretro de Doniphon. Hallie se lo oculta a Stoddard, su marido. La historia cobra en ese plano un sentido misterioso y trágico. ¿Acaso fue Doniphon, el hombre que arrasó su casa por celos, el gran amor de su vida?
Toda la película gira en torno al trío entre el abogado y senador, Ramson Stoddard, el héroe trágico, Tom Doniphon, y la mujer que ambos persiguen y aman, Hallie. Una relación compleja y enigmática en la que siempre gravita la sombra de la ausencia del que no está.
La escena más emblemática de la película es cuando Liberty, un criminal sin escrúpulos, pero altamente lúcido, le obliga a Stoddard a recoger un filete del suelo. «Ese es mi bistec, Valance», le dice Doniphon tras encararse con el pistolero. «Recógelo, te lo he dicho a ti», recalca. Y Valance recula ante el valor de Doniphon porque sabe que no dudará en matarlo.
Ese momento glorioso refleja toda una forma de hacer justicia en un salvaje Oeste, donde los ganaderos y los agricultores se enfrentan para sobrevivir y donde la única ley que impera es la de la fuerza. De hecho, la carrera del senador se construye a partir de la leyenda de haber matado a Valance. Todo esto y mucho más se halla en este fantástico libro de Torres-Dulce que a Ford le hubiera gustado leer.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete