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David Gistau

Pangloss en las Ramblas

Si en Barcelona un bolardo agrede la libertad, imaginen un «paraca». Por eso interponemos letras de John Lennon

David Gistau

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En ciudades europeas atacadas recientemente, como París, así como en otras que no lo han sido, como Roma, los militares están desplegados . Ello no es un elemento añadido de inquietud sino de tranquilidad. Por eso es frecuente ver, sobre todo entre los turistas, ... personas que les agradecen el servicio al pasar junto a ellos, por más que la presencia de soldados perturbe el ideal de la tarjeta postal que sólo admitía pintores con boina existencialista y candaditos del amor en los puentes. Los primeros despliegues en Francia parecían más un alarde, un bálsamo psicológico, ya que pensábamos que esta guerra era para que la libraran oscuros servicios de inteligencia. Sin embargo, los soldados terminaron interviniendo, evitaron atentados, e incluso atrajeron sobre sí los ataques que en su caso son un gaje del oficio, como lo vienen siendo en Israel desde los tiempos en que Europa ni sospechaba siquiera que los coches utilitarios y los cuchillos de cocina podían convertirse en armas terroristas artesanales.

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