Suscribete a
ABC Premium

La tercera

Una noche oscura colectiva

«Este Sábado Santo que vive hoy nuestra sociedad dura ya décadas, quizá siglos. La pandemia simplemente lo ha puesto en un primer plano. Si nos diéramos cuenta de que nada de cuanto sucede escapa a una mirada misteriosa y providente, los problemas seguirían afligiéndonos, cierto, pero nunca nos abatirían. Pasaríamos noches oscuras, pero todas ellas acabarían en alborada»

Pablo d’Ors

Perdidos en el ir y venir de las circunstancias de un drama que ha despertado nuestro miedo y nuestra preocupación, buena parte de la población se ha sentido huérfana de Dios durante estas últimas semanas. Pocos lo formularían en estos términos. Más bien dirían huérfanos ... de sentido, desorientados ante la situación, perplejos ante el futuro... En teología se diría que el silencio de Dios ante el tormento de los inocentes es para muchos un signo preclaro de su inexistencia. Claro que urgidos por las imperiosas necesidades sanitarias y por el vértigo de las noticias, lo trascendente puede quedar orillado y resultar totalmente marginal. Un creyente adulto, sin embargo, no puede por menos de hacerse algunas preguntas. ¿No le ofende a Dios esta nueva plaga, tan similar a las bíblicas? ¿Es el silencio su respuesta ante el horror?

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia