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Editorial ABC

Objetivo, laminar el idioma común

El nacionalismo se instala en la escuela con el visto bueno de un PSOE que sabe cómo rentabilizar su atropello lingüístico

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Las políticas de inmersión lingüística y de arrinconamiento del idioma castellano que la Generalitat de Cataluña ha llevado a cabo en las aulas a lo largo de las últimas décadas no responden -como insiste en hacer creer el independentismo, y antes un nacionalismo tachado de « ... moderado» de forma condescendiente y cómplice- a la necesaria operación de rescate de una lengua supuestamente marginada y perseguida. La imposición sistemática de las lenguas cooficiales, no solo en las aulas de Cataluña, ha sido la base de un programa de adoctrinamiento político cuya finalidad no era la presunta rehabilitación de un idioma, sino la marginación de todo lo que tenga que ver con la idea de España como nación, caldo de cultivo para el refuerzo del nacionalismo en el que se apoya el PSOE. Fue José Luis Rodríguez Zapatero el que formuló una ecuación política en la que la suma del independentismo permitía a su partido instalarse y mantenerse en el poder, estrategia que explica el papel del socialismo para tolerar el atropello que ha sufrido el castellano en las aulas y apoyar, dentro y fuera de Cataluña, cualquier programa de inmersión, no solo lingüística, en una España tan diversa y plural que sacrifica y excluye el principal elemento que la articula, el idioma de todos.

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