O centro-derecha o Sánchez y compañía

En la oposición, la situación tiende a la baja, porque Ciudadanos pierde fuelle de manera notoria. En un mes se deja 1,4 puntos de apoyo y 8 escaños. Los populares se estancan en 97 escaños (apenas crecen un par de décimas respecto al anterior sondeo) y Vox también, en 23 diputados. La mayoría del cambio en Andalucía se quedaría a las puertas de la mayoría absoluta del Congreso Diputados con 173 votos, pese a sumar más del 49 por ciento de los votos entre las tres formaciones.

Faltan dos meses para las elecciones y el 35 por ciento de los encuestados aseguran que es probable que cambien de voto, aunque la opción mayoritaria es que el PSOE será el partido más votado y esta percepción puede decantar votos dudosos. Sánchez está sacando partido de la ruptura -meramente formal y engañosa- de relaciones con los separatistas catalanes y de su discurso oscilante entre moderación, para recuperar votantes de centro izquierda, y radicalismo, para hacer lo mismo con votantes de Podemos. Puede que la llegada de Inés Arrimadas a la arena nacional reanime el voto de Ciudadanos, pero si es a costa del PP, la suma será cero o incluso negativa. Empiezan a notarse los efectos de la dispersión del voto de centro-derecha, muy penalizada por el sistema electoral. Hay tiempo para reaccionar y para que los partidos que aspiran al cambio en España valoren qué decisiones deben tomar para lograr este objetivo. Sánchez seguirá a lo suyo y, si le es preciso, reeditará el verdadero pacto de la vergüenza que le llevó a ir de la mano, hasta que ellos se cansaron, de quienes quieren romper España.