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Ninguneos

No solamente la izquierda rinde culto a la corrección política

Jon Juaristi

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Salía, el pasado martes 23 de abril, de mi última clase de la jornada, cuando me encontré, en la plaza de Cervantes de Alcalá de Henares, con algunos amigos de la cosa de la Cultura que mostraron su extrañeza por no haberme visto durante el ... acto de entrega del premio Cervantes en el Paraninfo de la Universidad, de donde venían. Nadie me invitó, les dije. Ni el Ministerio del ramo, ni, por supuesto, la Universidad de Alcalá, a cuyo claustro pertenezco (soy su más antiguo catedrático de Literatura Española todavía en ejercicio). No me quejaba de ello, pero alguna explicación debía ofrecer de mi ausencia, para que los antedichos amigos no se llevaran la impresión de que había decidido boicotear la ceremonia. En absoluto fue esa mi intención, les aseguré, y menos cuando la premiada de este año es Ida Vitale, una querida y admirada amiga desde hace treinta años. A Ida la conocí en Austin, junto a Enrique Fierro, Ricardo Gullón, Luis Arocena, Stan Zimic, Lily Litvak, Pablo Beltrán de Heredia, Alan Parker y tantos otros inolvidables compañeros, la mayoría de los cuales ya han desaparecido.

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