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El milagro de San Obama

MUCHO están tardando los de la Adoración Nocturna, los kikos, los cursillistas de cristiandad, las cofradías de Semana Santa o cualesquiera otros colectivos de militancia cristiana en invitar a Zapatero a una vigilia de oración por la paz en el mundo, por las víctimas de ... Haití, por los parias de la tierra o por una de las mil justas causas a las que se puede sumar un hombre de buena voluntad. Sería interesante ver con qué pretexto se excusaba el presidente después de asistir en Washington al Desayuno Nacional de la Oración, cuyos organizadores y participantes pertenecen a los más conservadores movimientos religiosos de la América profunda y republicana, incluidos esos fundamentalistas presbiterianos capaces de hacer pasar por bolcheviques a los miembros de nuestros movimientos neocatecumenales y demás grey vaticanista. Contemplar al Gran Agnóstico, el paladín del laicismo, metido en semejante avispero integrista puede ser un acontecimiento ciertamente planetario, una suerte de milagro político obrado por Obama cual nuevo San Martín de Porres. Hosanna en el cielo... y ojana en la tierra, coba pura al líder sacrosanto del progresismo moderno.

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