Suscribete a
ABC Premium

Maldita desobediencia

El muy piadoso régimen de Fidel Castro acaba de anunciar que los siete cubanos muertos durante el paso del Ike por la isla no son víctimas de este huracán. Lo son de su propio carácter. Han fallecido por «la falta de observancia de las medidas ... del sistema de la Defensa Civil», nos ilustra La Habana. Han muerto por desobedientes. En la dictadura más coqueta, la desobediencia tiene efectos nocivos que van desde la molestia a la defunción. Cincuenta años de experiencia lo avalan. Si en la Cuba buena de Fidel y Raúl a alguien le pasa algo malo, se lo merecía. Quién cumple las consignas del régimen, en pensamiento, palabra y obra, está a salvo de todo mal, incluido ese huracán mariconsón con apodo de presidente norteamericano. Es el poder volcado en proteger a la ciudadanía.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia