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Vidas ejemplares

Sánchez con traductor

Deberían poner subtítulos para aclarar la verdad de lo que va diciendo

Luis Ventoso

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La vida va volviendo. Pero Sánchez le ha cogido el gusto a su sermón dominical. Se pierde la cuenta de las emisiones, pero no bajan de quince. Este empacho televisivo, instaurado con la coartada de la epidemia, plagia un principio básico en el manual de ... resistencia de los autócratas latinoamericanos: el caudillo debe adoctrinar al pueblo mediante largas peroratas televisadas. Es una técnica burda, pero funciona y la han importado. Las sesiones van además como una seda, porque si nos abstraemos del corporativismo, hemos de reconocer que la profesión periodística española deja bastante que desear. Salvo raras excepciones, las preguntas son tan amables que las podría haber escrito el propio Sánchez. Por ejemplo, en las dos últimas sesiones nadie ha osado preguntarle por el escandaloso caso de nepotismo a favor de su mejor amigo. Viendo el Nodo del Gobierno casi se echan de menos unos subtítulos que vayan explicando la verdad de lo que el mandatario dice. Unos ejemplos de ayer:

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