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Vidas ejemplares

Bosé, politólogo y científico

Mientras impartía consejos políticos resulta que era un laboratorio ambulante

Luis Ventoso

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Miguel Bosé, nacido Luis Miguel González Bosé hace 65 años, destaca en el paisaje de la industria española del espectáculo desde que yo era un chaval con aparato ortodóncico. Su padre fue el poderoso torero madrileño Luis Miguel Dominguín, de sonadas faenas dentro y fuera ... del coso (lidió con varias divas de Hollywood). Torero de mando y persona de ostensible magnetismo, vivió en los cincuenta unos meses de pasión con Ava Gardner, ‘el animal más bello del mundo’, una killer de la noche capaz de ventilarse hasta los botes de colonia. El torero, que al día siguiente tenía que cumplir con el morlaco, sudaba para mantener el nivel de exigencia etílico-erótica que marcaba Ava, una vitalista sin red. Sinatra, que estaba colado por ella (ahí está su lamento en el formidable disco ‘In the wee small hours’), se dejó caer por Madrid para intentar recuperarla. Pero acabó paseando su rabia y derrota por las ‘boites’ madrileñas mientras ella gozaba de sus farras toreras y flamencas. Aún así, cuando Ava agonizaba en un hospital de Londres, en enero de 1990, en su mesilla solo había una foto: la de Frank.

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