El Rey León

El Rey León es una fábula sobre el capitalismo, sobre todas las implicaciones de la libertad. La responsabilidad, la jerarquía y un alto concepto religioso basado en la convicción de que sin religión no puede haber buena fe en los negocios, y que la creación política -Valle lo dice- es ineficaz si falta una conciencia religiosa con su ética superior a las leyes que escriben los hombres.

Las hienas son el comunismo, que todo lo siembran de miseria y de muerte por no tener en cuenta las leyes de la naturaleza, ni de Dios. Las hienas lideradas por un resentido que se cree más inteligente que los demás y no es más que un engreído con ínfulas demasiado mezquino para ser sensible al misterio y al tesoro único de dar. Se llama Scar como se llama Maduro, Iglesias o Castro, y como se llamó Stalin, Pasionaria o Manolo Sacristán. Son los sustitutos de Dios, los mayores criminales de la Historia.

Los amigos que Simba encuentra cuando tiene que huir de su reino son los nihilistas, buena gente equivocada que cree que vivir no compromete, como si no hubiéramos sido manchados por el pecado original. Ellos son los que cantan la famosa canción «Hakuna Matata», hermosa como «Imagine» e igualmente contraria a los intereses de la Humanidad. Pero en defensa de estos simpáticos personajes, y del vigor moral de la película, hay que decir que enseguida que profundizan en la amistad con Simba se dan cuenta de que la línea de la vida no es recta, ni indiferente, ni absurda, sino circular y que a todos nos incumbe y nos compromete.

Simba es feliz viviendo sin preocupaciones pero entiende que ha de regresar a ocupar su lugar en su reino y en la Historia, para asegurar el orden, la ecuanimidad y la libertad que hacen que La Civilización florezca y que los dones de Dios se concreten en nuestro deseo de mundo mejor.

El Rey León es una fábula sobre la encrucijada de nuestra era, sobre el peligro que siempre nos acecha y nuestro permanente deber de frentearlo y de vencerlo. El Rey León es la libertad entendida como una misión, la compasión como la divisa de los hombres de buena voluntad que aseguran la convivencia y la paz, y la ternura como metáfora de la solución universal.

Como los clásicos y como Shakespeare, Disney es un tratado moral que resume las grandes inquietudes de los hombres; y que use los dibujos animados como lenguaje no ha rebajado la severidad y hasta la crueldad con que los ha planteado. Lo que nos destruyó de Bambi no fue exactamente la muerte de su madre, sino que la mataron por nuestra culpa.