la barbitúrica de la semana
Abolir las mayúsculas
Jon Viar ha retratado tres generaciones de la sociedad donde creció, ha despellejado la mitología del nacionalismo hasta convertirla en un amasijo de cuerpos y vidas rotas
Jon Viar tenía 8 años cuando supo que su padre había militado en ETA y 13 cuando usó su primera cámara de vídeo. El cine lo salvó, o al menos eso dice él a sus 35, cuando presenta ‘Traidores’, un documental que narra la historia ... de la banda terrorista vasca desde el testimonio del disidente histórico Iñaki Viar, quien prestó su voz y sus recuerdos a su hijo para esta película.
Desde su estreno hace una semana, he visto dos veces el largometraje. La primera como desgarro, la segunda como introspección. Si Jon Viar se ha dejado la vida entera escribiendo este guion, si ese documental empezó a hacerse incluso antes de que tuviese nociones de montaje, entonces ha valido la pena. El resultado es una pieza hermosa en su imperfección, potente en su vehemencia y universal en su angustia.
‘Traidores’ sintetiza la herencia, la familia y la tribu como legado, repudio y tragedia. La máscara, la imagen y el acto de colocársela para contar lo ocurrido supone catarsis, la que se obtiene en el teatro clásico e isabelino (el ‘Hamlet’ de Shakespeare atraviesa el largometraje) y la que se arranca a martillazos en el psicoanálisis como quien busca extraer la piedra de la locura. Algo sabrán al respecto en la familia Viar: su padre es un reconocido psiquiatra y su madre la reportera que cubrió los peores atentados del terrorismo vasco.
En esta cinta Jon Viar ha vuelto a representar la tragedia propia y la heredada. Puede constatarlo el espectador al ver a ese niño flacucho que, en la Euskadi de metralla de los noventa, se obsesiona por recrear al Mike Corleone apuntando con revolver de juguete. También en el gesto de Iñaki Viar al hablar del atentado fallido en la Bolsa de Bilbao o en el rictus de Mikel Azurmendi al recordar la votación organizada por Julen Madariaga para decidir si asesinaban o no a Patxi Iturrioz, dirigente enfrentado a la corriente más nacionalista etarra.
‘Traidores’ es el intento de matar al padre doblemente. La primera desmontando la mentira grupal, la falsa épica del pueblo por encima de los ciudadanos que llevó a la generación de su padre a ser militantes de ETA y los primeros en abandonarla. La segunda muerte, que Jon Viar lleva a cabo con la aquiescencia familiar, se gesta en el acto de regresar al lugar donde estos hechos ocurrieron.
Todas las novelas familiares son historias políticas y este documental opera en esa lógica. Contándose a sí mismo, Jon Viar ha retratado tres generaciones de la sociedad donde creció, ha despellejado la mitología del nacionalismo hasta convertirla en un amasijo de cuerpos y vidas rotas. Lo ha hecho quitándole las mayúsculas a las grandes palabras: patria, nación, revolución. Él ha vuelto a escribirlas todas, para poder usarlas de nuevo.