Suscribete a
ABC Premium

Juego de cobardes

Si Puigdemont tuviera dignidad estaría en España, pugnando por la Generalitat, y no en Bélgica, suplicando impunidad

Isabel San Sebastián

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Apostaron a la insurrección dando por hecho que ganarían. Era muy emocionante esa épica del heroísmo patriótico a coste cero. Sumamente estimulante, de manera especial para quien no ha conocido otra cosa que el poder y su disfrute. La autoproclamada disposición al sacrificio, ... por añadidura, siempre resulta rentable en términos electorales, y más cuando quien abraza el martirio representa una ideología, un «movimiento» en este caso, cuya característica principal es el uso permanente de un victimismo ramplón carente de justificación alguna. Cumplieron sus amenazas. Perpetraron un golpe de Estado en toda regla , convencidos de que el Estado agredido agacharía el testuz, se mostraría benévolo y, como hizo tantas otras veces en el pasado, respondería con dádivas apaciguadoras destinadas a comprar tiempo. Pero en esta ocasión se equivocaron. No porque no fueran legión los políticos y opinadores empeñados en dar plena satisfacción a esas expectativas, sino porque calcularon mal y se pasaron de frenada. Fueron tan lejos en la consumación del delito que despertaron de su letargo al gigante de la Justicia. Jugaron a ser héroes y no han pasado de villanos henchidos de cobardía.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia