Suscribete a
ABC Premium

el ángulo oscuro

Habla otra vez el gran inquisidor

Nos bastó espolvorearos con el bichito coronado para convertiros en una masa temblona

Juan Manuel de Prada

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Ya os expliqué en cierta novela de Dostoievski, ¡oh pequeñuelos míos!, el procedimiento que he seguido para convertiros en bestias que aman su servidumbre. Basta con santificar vuestros pecados para que nos profeséis un amor infantil. Hoy os contaré cómo, una vez convertidos en bestias ... sumisas y gregarias, os he logrado dividir. No olvidéis que nuestro nombre, en griego, procede del verbo diaballein, que significa arrojar unas cosas contra otras. Nosotros somos los que, mientras os convertimos en una borregada grimosa que se refocila en el fango, os encizañamos a unos contra otros, hasta destruir por completo cualquier atisbo de concordia, que como enseña Aristóteles es el fundamento de comunidad política.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia