Que te pego leche

Un año después llegó a los cines ‘Men in black’, una película futurista que me entretuvo mucho en los noventa. En ella, el personaje al que da vida Will Smith dispone de una especie de bolígrafo que al activarse borra la memoria inmediata de quien lo observa. Un planazo: mi lado oscuro pagaría millones por tener uno de esos chismes, y estoy seguro de que a Will Smith le habría gustado tenerlo anoche después de arrearle la sonada bofetada al soplagaitas del humorista de los Óscar que se metió con la alopecia de su mujer, allí presente.

De este tema me molesta todo. Lo que más es que desplaza a Gilda como el guantazo más popular de Hollywood. Lo segundo es que no se puede responder a una impertinencia soltando sopapos como un becerro. Lo tercero es que yo daría mi vida para que el humor pueda reírse de todo, pero sólo con una condición: cuando el chiste es malo, amoral y de mal gusto -como es el caso- también se puede criticar al que lo cuenta. Y lo cuarto y último: quien no comprenda el impulso, primario si se quiere, de pegarle un guantazo a un tipo que se mofa de la enfermedad de tu pareja (sea mujer u hombre) es que no tiene sangre en las venas. Está mal hacerlo, y conviene utilizar la cabeza para pensar, pero, oigan, no se me pongan estupendos. Si yo fuera Will Smith, activaría el botón del olvido; pero si fuera Chris Rock, también. A Gil y a Ruiz Mateos les dio igual.