la suerte contraria
Kate y Johnny
Jamás vi una decadencia tan bella como la de las mujeres que salen al rescate de los hombres a los que una vez amaron
Kate fue siempre una decadencia relativa, un fracaso contenido, un sábado por la mañana. Kate era alta, baja y zurda. Kate fue un milagro, un sueño rarísimo. A veces se sentaba en una mesa junto a la ventana, buscaba el ángulo perfecto para que la ...
Artículo solo para suscriptores
Si ya estás suscrito, inicia sesión
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete