Postales
Contra esto y aquello
Sólo un pacto de Estado, en el que todos estuvieran dispuestos a ceder, podría revertir la situación
Empezamos un nuevo curso político, educativo y sanitario sin acuerdo en política, educación y sanidad, así que ya me dirán cómo va a terminar. Tras dejar a los empresarios solos ante el Covid, Pedro Sánchez se reunirá esta mañana con su flor y nata para ... convencer a Pablo Casado que apoye su presupuesto, cuando al que tiene que convencer es a Podemos que le permita pactarlo con Ciudadanos y llegue el viático de Bruselas, sin el que nos estrellaremos. En educación, tres cuartos de lo mismo. Van a abrirse las aulas porque, según la ministra de Educación, «mantenerlas cerradas traería más daños que beneficios», lo que significa que ya estamos en el mal menor, y en sanidad, con el virus desbocado, se le ha pasado el muerto, nunca mejor dicho, a las comunidades autónomas. ¡Vaya balance gubernamental de medio año de recuperación! Aunque el resto no sale mucho mejor parado. El PP sigue mirando de reojo a Vox, que sigue en su papel de liebre del PSOE. Lo de Cs es ya patético. Tras pactar con Casado, busca ahora hacerlo con Sánchez, en busca de ese «centro» que dice representar. Cuando lo único que representa es el gallo de la veleta. Me cae simpático, pero en España no hay centro. Hay un pequeño grupo que no es rojo ni azul, pero que defendería a puñetazos sus ideas. En nuestro país lo que abunda es el «contra esto y aquello» de Unamuno, a lo que podría añadir «y contra lo de más allá». Yo dejé de ser unamuniano al leerle defender la «africanización de España». ¿Es que no lo estamos ya bastante, con nuestro kabilismo y afán de contradicción?
Pero volvamos al hoy, aunque no se diferencia tanto del ayer. La situación empieza a ser angustiosa. Si los dos grandes partidos están paralizados por su falta de respuestas a los grandes problemas con que se enfrenta el país, los dos segundones, que querrían sustituirles, han perdido su impulso inicial y a estas alturas sólo buscan sobrevivir. Es posiblemente lo que da gasolina a Sánchez, convencido de que Iglesias no soltará la vicepresidencia, siempre que se encuentre una coartada para continuar en el machito. Los dineros de Bruselas podrían serlo. En cuanto a Cs, lo mismo: los diez escaños a los que ha quedado reducido pueden evaporarse si no se les saca un buen rendimiento. De Vox no digo nada porque parece apostar al desplome de todos los demás. Pero una extrema derecha gobernando en España es difícil de imaginar cuando no hemos pasado una dictadura comunista. Todavía. En cuanto a nacionalistas y regionalistas, están demasiado peleados entre sí para hacer otra cosa que enredar. Sólo un pacto de Estado, en el que todos estuvieran dispuestos a ceder, podría revertir la situación. Pero para eso se necesitarían estadistas. Que no los hay ni poniendo a la Unidad Militar de Emergencias a buscarlos. Además, ya se ensayó en 1978, y ya ven en lo que ha devenido.
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