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Tribuna abierta

El Brexit en Gibraltar

De la parquedad expositiva de la ministra Laya se deduce que poco o nada ha sido avanzado en nuestra secular y bien fundada reclamación sobre la soberanía española del Peñón y del istmo

Javier Rupérez

No sabemos con exactitud cuáles son los términos del acuerdo alcanzado entre España y el Reino Unido sobre el futuro de Gibraltar. La señora Laya, ministra española de Asuntos Exteriores, se ha limitado a cantar las excelencias de la desaparición de la verja y la ... satisfacción que le embarga al haber garantizado la movilidad de los 15.000 trabajadores españoles que diariamente se trasladan al Peñón para cumplir con sus obligaciones laborales. Todo ello, según parece, en un marco en el que el tratado Schengen, que entre paises miembros de la UE supone la desaparición de los controles fronterizos, se aplicará también a Gibraltar mientras que la vigilancia de las entradas y salidas del territorio para personas y mercancías de paises terceros, será llevada a cabo el el puerto y en el aeropuerto del territorio por funcionarios del servicio FRONTEX de la UE, sin indicar, como sería lógico, que tales funcionarios pertenecerían a los servicios españoles de policía y seguridad. La ministra española ha precisado además que el texto completo del acuerdo no será dado a la publicidad hasta que los parlamentarios españoles que deban conocerlo y eventualmente ratificarlo no hayan tenido conocimiento del mismo. Propuesta extravagante esta última, que debería ser denunciada por los mismos parlamentarios españoles que eventualmente deberán decidir sobre el futuro del acuerdo o al menos por los que entre ellos pertenecen a formaciones constitucionalistas: el texto del acuerdo entre el Reino Unido y la UE para resolver las incidencias del Brexit es ya dominio público, meses antes de que los eurodiputados sean convocados para exponer su decisión sobre el mismo. Idéntica conducta debería ser la que siguiera el gobierno español con respecto al acuerdo sobre Gibraltar. Cualquier otra decisión contraria a la indispensable transparencia que las acciones gubernamentales exigen en el funcionamiento de una democracia arrojaría todavía mas sombra de duda sobre un gobierno como el español que ha hecho de la ocultación y el engaño una de sus marcas características. Tanto más cuanto que el Brexit y sus consecuencias incluyen aspectos de la máxima trascendencia para todos los implicados en la aberrante decisión que llevó a Gran Bretaña a excluirse del proceso de la unificación europea. Incluyendo naturalmente a España y sus derechos sobre Gibraltar.

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