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Una raya en el agua

«Tramparencia»

Los jugadores de ventaja suelen disimular sus trampas pero Sánchez las exhibe a plena luz y hasta con arrogancia

Ignacio Camacho

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A los tahúres profesionales no les molesta su fama. Al contrario, la cultivan, pero cuidan con esmero que no se noten sus artimañas, que cada partida sea una sorpresa, un sofisticado desafío de elegancia en el que los demás participantes se vayan sin saber dónde ... y cómo les han hecho trampa. También en política los jugadores de ventaja suelen disimular, o por lo menos intentarlo, sus trucos para que el electorado no sienta que le toman el pelo en su propia cara. La novedad de Sánchez a este respecto consiste en que lejos de cortarse en esconder las cartas que lleva en la manga las muestra a plena luz y con absoluta confianza. Exhibe sus bazas no ya sin remordimientos sino con orgullo y hasta con arrogancia. Y si es menester saca bien a la vista dos barajas como una forma más de demostrar la desahogada impunidad del que sabe que manda.

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