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Una raya en el agua

Rebrotes

Ante la pandemia vamos en sentido inverso. La convivencia vigilada con el virus es la fase que correspondía a febrero

Ignacio Camacho

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Con la pandemia estamos recorriendo en España, y en algunos otros países, el proceso inverso al que aconsejaba el buen entendimiento. Esta llamada «nueva normalidad» es la que debería haber correspondido a febrero: una cierta convivencia vigilada con el virus para luego ir restringiendo la ... movilidad, si se complicaban las cosas, en una escalada desde la fase cuatro hasta la cero. Pero el Gobierno minimizó los indicios por las razones que ahora sabemos, y cuando la catástrofe se echó encima era demasiado tarde para tomar caminos intermedios y hubo que recurrir de entrada al confinamiento extremo. Cuarenta mil muertos después deberíamos estar todos lo bastante advertidos para no cometer excesos de confianza que nos puedan devolver al encierro. Y dado que del Ejecutivo no cabe esperar muchos aciertos -aunque algo habrá aprendido a fuerza de tropiezos- y que quienes han mentido varias veces es muy probable que vuelvan a hacerlo, nos toca a los ciudadanos asumir una cuota de responsabilidad para autoprotegernos. Lo que significa, en primer término, aceptar que el bicho sigue ahí y que hay que tenerle respeto, si no miedo, porque existe riesgo real de que ataque de nuevo.

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