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Una raya en el agua

El hormiguero

Como símbolo de reconciliación y voluntad pacífica, los herederos de ETA han llamado terroristas a las víctimas

Ignacio Camacho

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Si queda algún socialdemócrata en el PSOE, o algún alma cándida que se haya creído la autodefinición de Sánchez en el congreso valenciano, debió de pasar un mal rato al ver el sábado en San Sebastián el desfile de sus aliados. Bildu, Esquerra, Junts, las ... CUP y Podemos juntos para reclamar la libertad de los etarras presos, más el PNV, que aunque presume de partido de orden no está dispuesto a ceder protagonismo en su terreno. Y la UGT, por si faltaba algún apoyo fraterno. He ahí el núcleo de poder paralelo con el que el presidente va a negociar y probablemente aprobar los Presupuestos. Esas cuentas cuyas partidas sociales había despreciado Otegi unos días antes para fijar sus verdaderas prioridades en la salida de sus colegas de la cárcel. Daban fe de que puede llevarlas adelante los recién indultados independentistas catalanes, si bien es de justicia consignar que al menos no tienen las manos manchadas de sangre.

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