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Rosa Belmonte

Se hablan idiomas por señas

El lenguaje se queda en nada. Aunque siempre podría ser peor que eligieran paz como palabra del año

CUANDO De Gaulle decía que Bélgica era un país inventado por los ingleses para fastidiar a los franceses no se estaba adelantando al yihadismo Schengen. Sobre todo porque nada tienen que ver los ingleses en lo de ahora, salvo por ser igual de víctimas del ... multiculturalismo y de la hospitalidad sin reglas claras (y por prestarse también a «dar la brasserie», en expresión de Hughes, con La Marsellesa en karaoke). Lo que Alain Finkielkraut dice de Francia sirve para cualquier país occidental en la misma situación. Lo importante es que no se ha diseñado una política escolar digna de ese nombre. «Es en la escuela donde Francia se presenta a los niños, que son, como ha escrito Hannah Arendt, no solamente seres inacabados, sino, especialmente, seres recién llegados a la Tierra. Tanto la derecha como la izquierda han abandonado toda ambición educativa. En lugar de cultivar a los alumnos enseñándoles toda la sabiduría de un mundo más viejo que ellos, se les empuja a que se construyan su propio saber, abdicando poco a poco de toda autoridad». Y hemos llegado a una clara situación de enfrentamiento. El propio filósofo francés dice en su último libro, La seule exactitude (todavía no publicado en España), que «la yihad ha establecido un muro entre el mundo árabe-musulmán y nosotros».

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