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Editorial ABC

Un Gobierno sectario para Navarra

María Chivite no va a gobernar, como anuncia, para «todos y todas». Nadie gobierna para «todos y todas» si depende de EH Bildu

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La nueva presidenta del Gobierno foral de Navarra, María Chivite, pronunció ayer el discurso de toma de posesión de quien no tiene nada que decir, porque no tiene el control efectivo de su mandato, y de quien no puede decir la verdad sobre cómo va ... a gobernar. Sus apelaciones a la diversidad de Navarra no sólo fueron huecas, sino también falsarias, porque ha elegido como socios de investidura a quienes niegan precisamente esa diversidad, porque son nacionalistas de viejo cuño, nacionalistas identitarios y predemocráticos que basan su acción política en dos premisas contrarias a la democracia parlamentaria: el pueblo, como negación del invididuo, y la identidad, como fuente de legitimación. Chivite es una ingenua o una impostora si piensa que sus aliados nacionalistas, soberanistas y filoetarras van a permitirle gobernar Navarra como si no fuera el territorio irredento del nacionalismo panvasquista. Por algo estuvo presente el lendakari Urkullu en su toma de posesión. Además, el folclore vasco que amenizó el acto fue una concesión a las deudas políticas que Chivite ha asumido para ser presidenta.

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