La genética es la culpable
No tiene la elegancia de Carl Lewis, pero tiene una soltura impresionante, que le permite esfuerzos máximos sin resentirse en lesiones, como por ejemplo las que sufre Tyson Gay.
Su longitud de piernas y su potencia muscular le permiten una mayor amplitud que la del ... resto de competidores, manteniendo además la frecuencia de la zancada.
Su vestimenta no es la más adecuada en estos tiempos de tecnología punta: corre con la camiseta por fuera, suelta, mientras el resto de atletas que corrían la final de ayer usaron maillots ceñidos, anatómicos.
Ha sido la primera vez que ha tenido que correr a tope en este Mundial, con la salvedad de que al llegar a la línea de meta no ha tenido que adelantar unos centímetros el cuerpo, en ese gesto tan típico de los velocistas, porque ya se sabía ganador.
Y con sus 22 años de edad, todavía tiene mucho margen de mejora, lo cual quiere decir que podemos ver a este hombre correr los 100 metros por debajo de los 9,50.
Se llama Usain Bolt, una máquina perfecta para correr, un cuerpo hecho a medida para la velocidad, un portento de la naturaleza. Porque la genética es la culpable de este récord del Mundo.
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