Con permiso
«Gatopardismo» en el BCE de Lagarde
A muchos les ha chirriado la elección de la nueva presidenta, ¿y la independencia de la institución?
«And the winner is? Lagarde!!!». Sorpresón entre el público. O no. El caso es que ya tenemos sucesora de Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo (BCE) a partir del próximo octubre, lo que supone asumir la filosofía del «gatopardismo», o lo «lampedusiano» ... de la política, el «cambiar todo para que nada cambie». Pues eso. Continuismo puro y duro. Nada de un alemán al frente de la máxima autoridad monetaria en la Unión. A ver si vamos a empezar a redirigir la política monetaria más hacia el alivio de la rentabilidad de los bancos alemanes (los «halcones»), subiendo tipos al margen del devenir económico común, y dejamos de lado a la de los más «ibéricos» (las «palomas»).
Y eso que los mercados -ese «ente» tan amplio como oscuro y desconocido, sin aparentes caras ni nombres- daban por descontado que el enemigo a batir por cualquier otro candidato era el alemán Jens Weidmann, antiguo asesor económico de la canciller Angela Merkel, que lleva ocho años al frente del Bundesbank. De nada sirvieron ni su mejor currículo para el cargo ni siquiera sus supuestos cortejos de última hora a Italia a cambio de un puesto en el Consejo del organismo. Además, las dudas en torno a la capacidad de su compatriota Manfred Weber para hacerse con la presidencia de la Comisión Europea parecían impulsar la candidatura de Weidmann.
Pero las dos instituciones con más poder de la Unión no pueden estar capitaneadas por dos alemanes al mismo tiempo. Así es que... tal cual. La presidencia de la Comisión recaía en manos de otra mujer, la alemana Ursula von der Leyen, y la del BCE, en la que será la primera fémina en su sillón presidencial, la hasta entonces directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), la francesa Christine Lagarde. ¿Idónea para el puesto? Bueno, su capacidad política y soltura en el ámbito internacional nadie lo discute, sin embargo, su falta de experiencia en asuntos de política monetaria está siendo muy criticada.
¿Consenso en el recibimiento? Depende de la nacionalidad del interlocutor en cuestión. Es francesa, lo que se significa, así de simple sí, que no es alemana. Es decir, que llega ataviada con un perfil de política monetaria netamente laxa para dar continuidad al mandato de Draghi, bien vista por los países más endeudados -España, Italia, Portugal, Francia... ¡oh casualidad!-. Y es mujer, lo que completa el equilibrio de género por el que apostaba explícitamente el presidente francés Emmanuel Macron. Eso sí, para muchos deja en cuestión esa independencia que lleva por bandera en su misma esencia el BCE, ya que ha aparecido «públicamente» en el paquete de nombramientos europeos, cuando el funcionamiento correcto es que el Consejo Europeo propone al presidente del supervisor que después debe aprobar su Consejo.
Eso sí, Lagarde dejará también una vacante que le corresponde a un europeo (o europea). Abierto pues el siguiente melón de las quinielas. Y, por cierto, Nadia Calviño, ¿qué hay de lo suyo?