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Cambio de guardia

Putin dice «genocidio»

Ucrania habría perdido su asiento económico. Rusia dispondría de una cómoda salida al mar. ¿Y Europa? Europa, callaría

Gabriel Albiac

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«Las madres miraban a sus hijos y gritaban de miedo. Gritaban como si se les hubiera colado una serpiente en la casa. Y esta serpiente era el hambre, la inanición, la muerte».

Vasili Grossman escribe eso mediados los años cincuenta. Sólo en 1970, y ... póstuma, verá la luz la edición completa de sus escalofriantes memorias, con el título de ‘Todo fluye’. Y en ellas el relato del único de los genocidios de la primera mitad del siglo XX (en la segunda, vendrían a unírsele China y Camboya) que admite equiparación con la Shoah: el que la URSS de Stalin sistematiza en Ucrania y al cual los historiadores dan un nombre ominoso: ‘Holodomor’, exterminio por hambre. Muchedumbres de campesinos vagando por la estepa sin ningún alimento, desesperación, canibalismo... Tres millones novecientos mil ucranianos condenados a la inanición hasta la muerte, por causa de la exacción total de sus cosechas entre 1932 y 1934.

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