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Mardonio en Tebas

Iglesias Turrión no será nunca trágico. Para jugarse la vida se exige aplomo ético

Gabriel Albiac

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Heródoto lo narra en el libro IX de sus ‘Historias’. Al frente de las inmensas huestes de Jerjes, el general Mardonio es agasajado en Tebas. En el curso del banquete, y tal vez ablandado por el vino, uno de sus lugartenientes se sincera con un ... comensal tebano: «¿Nos ves a todos nosotros, persas, en torno a vuestra mesa, y ves a este ejército nuestro, acampado a la orilla del río? Pues de nosotros, dentro de poco, quedará apenas nada». El tebano, atónito, pregunta: «¿Por qué no explicar eso a Mardonio y detener el desastre?». Y el persa replica, impávido: «La mayor amargura del hombre es la de saber que nada puede el saber». Mardonio fue abatido en Platea. De sus hombres, muy pocos dieron con el camino a casa.

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