Suscribete a
ABC Premium

Editorial

Iglesias y la democracia sabia

El líder de Podemos, el político más destructivo y tóxico en décadas, se va expulsado por la democracia, pero Sánchez se queda con un Gobierno letal y muchas explicaciones que dar

Editorial ABC

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Pablo Iglesias ha sido políticamente tóxico hasta en su despedida. Le resultó imposible aceptar que su nulo tirón electoral se debió, en primera instancia, al rechazo político que había generado su persona no solo en la derecha, sino en la propia izquierda, bastante harta de ... sus gestos autoritarios, machistas y teatrales. Y en segunda instancia, al portazo que los madrileños dieron a la izquierda en su conjunto, más allá de siglas y candidatos. Iglesias vistió su adiós victimista con descalificaciones a la derecha ‘trumpista’, demostrando que no había aprendido nada de las dos semanas de campaña electoral y del veredicto de las urnas. Es lo que hay, por ejemplo, en Vallecas, mucha ‘derecha trumpista’, aunque lo cierto es que la despedida de Iglesias se pareció mucho a la de Donald Trump. Iglesias se ha ido de la política tan ignorante como empezó su andadura madrileña e insultando mucho, como siempre, para liberar la rabia de pasar de La Moncloa a la nada en poco más de un mes. De aquel Iglesias que descendió de los cielos de la vicepresidencia para salvar a una izquierda madrileña que pensó que clamaba por su presencia, solo queda el legado de un partido en declive, de una larga nómina de traiciones internas y de un período oscuro en la izquierda española.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia