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Iglesias se va, Neurona le delata

Es una buena noticia que el líder de Podemos deje La Moncloa y el Parlamento. Además se despide con un informe demoledor de la UDEF por la corrupción del partido, y con una dura crítica de EE.UU. por atacar la libertad de prensa

Editorial ABC

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Esta vez la maquinaria de propaganda del Gobierno no quiso que hubiese aplausos en la despedida de Pablo Iglesias como vicepresidente segundo. Eso La Moncloa solo lo reserva para Pedro Sánchez. Pero es que ni siquiera el equipo de Sánchez permitió al líder de Podemos ... comparecer públicamente por última vez en la sala de prensa del Consejo de Ministros, y tuvo que despedirse con un vídeo privado en el que sugirió que el Gobierno de coalición tiene fecha límite y que Podemos carece de más cheques en blanco para el PSOE. Sea cual sea el futuro que le deparen las elecciones de Madrid, su desaparición del Congreso y de La Moncloa es un alivio para los españoles. Su bagaje de gestión es nulo. O más bien sonrojante, porque solo se ha dedicado a enredar, a lavar en público los trapos sucios del Ejecutivo, a pervertir el sentido de las instituciones y dañarlas, y a desdeñar con prepotencia a los españoles. Y todo, sin ejercer ni una sola de sus funciones como vicepresidente encargado de asuntos sociales, y sin visitar una sola residencia de ancianos o un hospital durante la pandemia más dramática del planeta en un siglo.

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