Suscribete a
ABC Premium

Editorial

Contra todos los abusos a menores

Todas las víctimas tienen derecho al amparo;el drama vivido por cada una de ellas está repleto de similitudes, miedos e indefensión, por lo que no cabe usarlas ideológicamente

Editorial ABC

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La lacra de abusos a menores es una de las prácticas más execrables y repugnantes que cualquier ser humano pueda imaginar y sufrir, hayan tenido lugar dentro de la Iglesia o en cualquier otro ámbito. Concurren en ella un desprecio absoluto por la inocencia de ... los menores, un abuso de poder y autoridad que convierte a sus causantes y a su concepto de la sexualidad en monstruos indignos, y sobre todo, una cobardía moral carente de toda justificación. Los abusos a menores han existido siempre y, por desgracia, siguen existiendo, incluso de modo organizado, a través de mafias que se lucran con ello en busca de conductas miserables que nunca deberían producirse. Es evidente que la sociedad tiene una deuda pendiente con sus miembros más vulnerables que no ha sabido resolver. Cuantos más casos demostrables salgan a la luz, más capacidad tendremos de identificar, resarcir e indemnizar a las víctimas, si es que ello fuese posible, porque siempre, en todas las circunstancias, se trata de daños morales, personales y psíquicos irreparables. Los abusos se producen en todo tipo de entornos. Ocurren en los colegios, en equipos deportivos, en organizaciones y colectivos diversos y en el seno de las familias, donde este tipo de abusos estadísticamente son más mayoritarios que en ningún otro espectro social. Por eso es una necesidad imperiosa investigar, denunciar, reparar y amparar a las víctimas. Y por supuesto, investigar, perseguir y juzgar a los agresores, en todos los casos posibles y con las garantías de un estado de Derecho.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia