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Editorial

Una cesión que nos debilita

El reconocimiento por parte de Sánchez de la propuesta de Marruecos de 2007 sobre el Sahara Occidental supone una claudicación que viene a avalar la soberanía de Rabat sobre ese territorio

Pedro Sánchez (2i), junto al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska (i), con el rey Mohamed VI EFE
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El presidente del Gobierno no tiene fácil resolver el rompecabezas al que de manera recurrente, siempre oportunista y a modo de chantaje, somete Marruecos a España desde hace lustros. La carta enviada por La Moncloa al Rey marroquí, Mohamed VI , respaldando la iniciativa ... que Rabat presentó ante Naciones Unidas en 2007, demuestra que una vez más un presidente socialista trata de solventar los problemas diplomáticos con Rabat desde un plano de inferioridad y cesión. Si Sánchez considera aquella propuesta como «la base más seria, realista y creíble para resolver el diferendo» entre ambos países, es porque hasta ahora no ha conseguido, en sus años de Gobierno, una reactivación satisfactoria de las relaciones entre ambos países. Muy al contrario, se han deteriorado mucho durante su mandato, y la prueba más notoria es lo ocurrido el pasado mes de julio, cuando el régimen alauí envió a miles de niños y jóvenes a Ceuta, en una mini-invasión territorial que terminó por desvelar que los vínculos entre los dos países estaban prácticamente rotos. El refugio concedido por España al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, para que fuese asistido en secreto en un hospital de Logroño fue otro desencadenante de la crisis que ahora trata de resolver Sánchez con esta carta.

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