De dónde viene la misérrima oposición
EN el mundo, el periodismo de progreso -tampoco es que haya otro- perdió la cabeza con Bush, y con Obama ha perdido la vergüenza. Aquí, esos nombres serán Aznar y Zapatero.
Pie de foto de La Nueva España del 7 de agosto de 2009: La ... vicepresidenta De la Vega en la foto, con el presidente paraguayo, Fernando Lugo, tuvo que precisar ayer en el Congreso paraguayo que su padre, Wenceslao Fernndez de la Vega, fue un represaliado y no un alto cargo del franquismo, después de que fuera presentada así antes de intervenir en el Parlamento. El padre de De la Vega fue alto funcionario durante la II República y sufrió depuración tras el triunfo de la rebelión militar.
Suelto de La Vanguardia Española del 16 de mayo de 1963 (Vigésimocuarto Año Triunfal, para el vulgo): Nombramientos y ceses de delegados de Trabajo. Diversos decretos del Ministerio de Trabajo disponen los ceses de delegados provinciales de Trabajo de: Castellón, don José Luis Pérez-Pay Soler; de Toledo, don Ángel Salas Rubio; de Zaragoza, don Wenceslao Fernández de la Vega y Lomban; y de Badajoz, don Ulpiano González Medina.
Estos vaivenes en la carrera de don Wenceslao no deben producir otro desconcierto que el de pronunciar la W. Nombre chulo en Madrid, decía Fernández Flórez de su Wenceslao, donde las personas finas le llamaban Wenceslado o le escriban Wences Lao.
Me obliga a proceder como un personaje de Arniches, a llevar un palillo entre los dientes y a bailar chotis a izquierdas.
Ideológicamente, Trabajo no era un ministerio tibio, por lo que don Wenceslao Fernández de la Vega debió de bailar pocos chotis a izquierdas. En el 63, los ceses en ese ministerio no se hacían para represaliar republicanotes, sino para deshacerse de falangistas recalcitrantes, inventores, ay, del trabajo para toda la vida, que ahora defienden como fieras los sindicatos de clase con su tardofalangismo sin lecturas.
En defensa de Maritere, como la resume Hermann Terstch (que ha ido a Vitoria a ver a El Cid en el Mercedes descapotable de David Niven), hay que decir que, tratándose de un padre, es preferible hacerlo republicanote, como ella, que hacerlo fusilar, como los Solana, para regocijo del humorismo. Maritere es una figura triste, fané y descangallada, como la ideología que representa, pero viene de familia de principios. Cuando Fernando Suárez pedía el sí al harakiri de las Cortes franquistas para que ningún español vuelva a llamar misérrima oposición a quienes no piensen como él, señalaba, uf, al tío de Maritere, don José María, firme en su búnker contra la misérrima oposición que con su resentimiento a cuestas ha recorrido durante años el camino de las chancillerías europeas denunciando el pecado de la paz y el progreso de España.
Y de ahí le viene a Maritere su concepto de oposición.
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