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LA TERCERA DE ABC

Dios y el César nacionalista

«La Conferencia Episcopal Española afirmó que la unidad nacional es un bien moral. Por lo tanto, un obispo o, en general, un sacerdote nacionalista es algo tan extravagante como un liberal nazi o un triángulo de dos lados»

IGNACIO SÁNCHEZ CÁMARA

«Dad a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César». El pasaje evangélico es célebre. En él, se quiere ver la formulación de la separación entre la Iglesia y el Estado, entre el poder espiritual y el temporal. ... Es muy probable que así sea, mas cabe recordar que las palabras de Cristo eran una sabia respuesta a una trampa que le habían tendido. Había sido interrogado sobre la licitud de que los judíos pagaran impuestos a Roma. Si respondía afirmativamente, quedaba en entredicho ante los judíos. Si negativamente, ante los romanos. Jesús pide la moneda, pregunta por la efigie y responde. Y no parece la respuesta de un nacionalista judío. A favor de la separación entre los dos poderes, más concluyente aún es la fórmula: «Mi reino no es de este mundo». Su proyecto no es mundano, ni, por tanto, político. San Pedro concluyó que había que obedecer a Dios antes que a los hombres, y la Patrística decantó definitivamente la distinción cristiana entre los dos poderes, imprescindible para la protección de la libertad política. San Agustín, siguiendo al jurista romano Celso, concluyó que el fin de los gobiernos no es la perfección de los hombres ni su salvación, sino sólo la garantía de la justicia, condición de la paz social.

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