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Degradación democrática

HAY que preguntarse hasta qué punto tendrá que descender la impunidad antisistema en España para que la propia democracia española reaccione antes de desaparecer. Pues de tolerarse que se quemen banderas españolas o se abuchee al Rey, hemos pasado a que cualquier alcalde convoque consultas ... independentistas, a que los dirigentes políticos proclamen que no respetarán las sentencias judiciales y a que se hagan serias advertencias al Tribunal Constitucional para que dictamine en un sentido u otro. En cualquier democracia digna de tal nombre, eso sería coacción a los jueces, uno de los delitos más graves. Pero aquí no ha pasado nada, como no ha pasado nada con ese referendo pro independentista de Areyns de Munt, excepto que puede no celebrarse en la Casa Consistorial promotora del mismo. Pedro Pacheco, siendo alcalde de Jerez, dijo que la Justicia española era un cachondeo. Hoy, el cachondeo es la democracia española, como empieza a serlo España misma, que ya no sabe si es nación, Estado o la carabina de Ambrosio, con todo el mundo haciendo y diciendo lo que le da la gana, empezando por los alcaldes y terminando por los ministros. Lo malo es que, como sabemos por experiencia, los cachondeos en España suelen terminar a bofetadas.

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