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Cuando se estudia a Clegg

De una cosa podemos estar seguros: Ni Olmedo es Candeleda, ni Miriam González Durántez va a jugar en su pueblo el papel que jugó Catali Garrigues en la localidad abulense a la hora de llevar a un primer ministro británico de vacaciones -al menos no ... por ahora. Catali no estaba casada con John Major, pero sí con Tristan Garel-Jones, uno de los mejores aliados de ese primer ministro que obtuvo la votación popular más alta de la historia de la democracia británica: más de 14 millones de votos. Major estaba especialmente bien rodeado de asesores como lo están, en general, los candidatos de los dos grandes partidos. Y eso, sin duda, no puede decirlo el candidato liberal.

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