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Las cosas de comer

Un mal día, los del MWC se cansarán del mal rollo y se largarán a otro lado. Y los nacionalistas culparán al Estado

Ignacio Camacho

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Cuando Barcelona se quede sin el Mobile World Congress , que se acabará marchando más pronto que tarde, los independentistas le echarán la culpa al Estado. Ya lo hicieron cuando patinó la candidatura de la Agencia Europea del Medicamento, que el Gobierno defendía en vano ... en Bruselas mientras Puigdemont se paseaba por allí poniendo a España a caldo. Por alguna razón difícil de explicar existe entre el nacionalismo y el populismo una extraña fijación con el MWC , congreso de extraordinaria importancia económica al que no dejan de poner obstáculos: desde las dudas de Ada Colau, a la que tanta exhibición de poderío capitalista le resulta un asunto antipático, al empeño soberanista por utilizar la ocasión como caja de resonancia para montar escándalo. Están jugando con las cosas de comer y les puede costar caro. Un mal día, esos magnates de la plutocracia tecnológica se cansarán de la inseguridad política y jurídica y se largarán a otro lado donde sean mejor recibidos y les garanticen buen trato. Pero los separatas, que diría Forges, tienen la excusa siempre a mano: el enemigo español como coartada de sus fracasos. Esta gente se cree de veras que el evento se celebra en la capital catalana porque ellos son más enrollados, más listos, más modernos y más guapos.

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