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Contratos, salario y empleo Juvenil

Mejorar el funcionamiento del mercado de trabajo juvenil exige de reformas laborales y educativas. Destacaría al menos tres. La primera es desarrollar de forma decisiva un sistema de formación profesional dual, similar al germánico, que compagine simultáneamente la educación reglada con la formación en empresa. La segunda, que internalicemos, de una vez por todas, una regla económica primaria: las primeras experiencias laborales son capital humano genérico que sólo puede ser costeado por los jóvenes con unos menores salarios en entrada. Nuestro sistema de salarios mínimos estatutarios no puede seguir manteniendo iguales salarios para jóvenes y adultos, y nuestra negociación colectiva deberá ser más sensible con este problema.

Las bonificaciones no son la solución: reducen los costes salariales relativos por edades, pero mantienen los salarios intactos y, con ello, incentivan el abandono escolar de los menos educados. Y, definitivamente, se tiene que cambiar nuestro sistema de indemnizaciones por despido para que no proteja tanto a los mayores en detrimento de los jóvenes, ya sean estos más o menos educados. Un contrato único y un bonus-malus similar al norteamericano, siempre que se diseñen para corregir estas desigualdades, beneficiarán la estabilidad en el inicio de la vida laboral.

Profesor

de la Universidad

de Oviedo e investigador

asociadode Fedea

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