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Hermann Tertsch

Colonia como síntoma

Todos los que advirtieron fueron tachados de racistas y nazis

Hermann Tertsch

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Ahora se preguntan todos cómo ha podido pasar todo esto en Alemania. En pleno centro de una ciudad como Colonia. Junto a la catedral y la estación central. Cómo pudo ser que decenas de coches patrulla y sus dotaciones se convirtieran en testigos impotentes de ... centenares de agresiones y otros delitos. Y hayan reconocido que no hicieron detenciones por miedo. Ante la superioridad numérica y el despliegue de violencia desenfrenada de los muchos cientos de «hombres de aspecto árabe y norteafricano». Cómo fue posible que la Nochevieja en plena luminosa capital europea del Rin se convirtiera en una pesadilla de cerca de cinco horas, centenares de mujeres fueran agredidas, rodeadas por muchos hombres, agarradas por varios, despojadas de sus bragas, arrancados abrigos, vestidos, camisas y sujetadores, tocadas por decenas de ellos, violadas en algún caso. Cómo pudo ser que cerca de mil extranjeros, en una acción coordinada que se reprodujo en pequeña escala en otras ciudades, se mofaran masivamente de la Policía, agredieran a cientos de mujeres en pánico, amenazaran a las víctimas incluso cuando acudían a denunciar y mostraran una certeza procaz de su impunidad con frases como «soy sirio y no me podéis hacer nada porque soy invitado de Merkel».

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