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Ciudadano a solas

EL ciudadano escucha a esos que hablan, dicen que en nombre suyo. Y nada reconoce como propio. ¿Con qué derecho puede hoy un diputado decir que es su discurso reflejo o quintaesencia del ciudadano al cual está representando? ¿Con qué vergüenza básica o sentido del ... ridículo puede acaso pretender que sus angustias, miedos, esperanzas son siquiera similares? ¿Qué sueldo han visto recortarse en sus bolsillos los señores diputados? ¿En qué se vio horadado su nivel de vida? El ciudadano escucha a esos que invocan paro y ruina desde sueldos blindados y aún mejor blindadas jubilaciones. Ninguno de los riesgos que atenazan al vulgar don nadie que todos somos, existe para ellos. Ni Zapatero ni Rajoy corren peligro de ver zozobrar a sus familias en un presente negro y sin mañana. Ni Gallardón, ni Pajín, ni la última de las asombrosas nulidades que componen en España los privilegiados aparatos de los partidos, afrontan más incordio que el de que algún vecino les escupa a la cara. Pero para eso está la nube de escoltas.

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