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David Gistau

Chetos al poder

Macri tiene el submundo peronista metido en todos los meandros del Estado

David Gistau

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EL nuevo presidente de la Argentina, Mauricio Macri, pasó hace casi veinticinco años por el trance que más asusta a las clases adineradas porteñas: recibir trato de producto en la próspera industria del secuestro. Quedó la anécdota de que, durante las conversaciones con uno de ... sus secuestradores, éste se mofó de él cuando Macri le hizo una promesa: «Yo seré presidente de Boca Juniors y presidente de la Argentina». La promesa terminó de cumplirse este domingo, cuando Macri, después de una experiencia exitosa en la intendencia de Buenos Aires y de pretenderse un importador de las fórmulas liberales a la europea, se convirtió en la herramienta política elegida por una porción enorme de la polarizada sociedad argentina para desmantelar la acepción kirchnerista del Justicialismo. Sólo por esto hay un enorme alivio en Argentina, algo así como una descompresión en la espesa atmósfera militante y agresiva, en la triste decadencia recluida de una señora con complejo de víctima a la que en la última hora incluso empezaron a llenársele las bañeras de cadáveres.

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