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El ángulo oscuro

Casado el centrípeto

El «viaje al centro» es siempre un viaje sin «mochila»; o sea, un viaje en el que la derecha deja atrás el lastre de los principios

Juan Manuel de Prada

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Después de tirarse toda la campaña electoral lanzando proclamas chillonas y tremebundas, Pablo Casado anuncia ahora que su partido representa el «centro derecha», frente a Vox, que encarna la «ultraderecha». La primera afirmación provoca alipori; la segunda, repulsa moral. Explicaremos a continuación por qué.

Aunque, ... en general, sean gentes acomplejadas de derechas las que se califican de «centristas», es siempre el progresismo quien fija y desplaza a su gusto el centro político, mientras la derecha corre en pos de esa quimera, como Aquiles corre eternamente en pos de la tortuga, en la célebre paradoja de Zenón de Elea, sin llegar a alcanzarla nunca. Cuando la derecha cree tener al alcance de su mano esa quimera, al progresismo le basta con desplazarla un poco más hacia la izquierda. Así, desde su atalaya de olímpica majestad, puede regocijarse con las costaladas y patinazos que sufre la derecha en su alocada persecución. Por lo demás, el «viaje al centro» es siempre un viaje sin «mochila»; o sea, un viaje en el que la derecha deja atrás el lastre de los principios (cuando los tiene). La batalla de las ideas empieza a perderse en la batalla de las palabras; y desde que la derecha admite que declarar sin ambages su adscripción ideológica es un baldón, se está poniendo de rodillas. Desde hace décadas, nuestros políticos de derechas se esfuerzan grimosamente por renegar de su adscripción, inventándose chorradas semánticas del tipo «centro reformista», doblegando la testuz o adoptando posturas tibias en cuestiones medulares en las que el progresismo ha sentado cátedra, aceptando la superioridad cultural de la izquierda, etcétera. De este modo, la derecha sólo puede aspirar a alcanzar el poder cuando concurran circunstancias excepcionales (caos institucional, crisis económicas feroces, etcétera), reparando los desmanes ocasionados por la izquierda (y, por supuesto, «conservando» sus «avances»).

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