Hazte premium Hazte premium

Testimonios del coronavirus

Carta de una profesora contagiada: «Me llena de rabia y preocupación la irresponsabilidad de unos pocos»

«Aún me acompaña la tos, el quemazón de pecho y garganta (debido a micro heridas que el bicho ha dejado por donde ha pasado), las palpitaciones nocturnas y sobre todo el miedo»

Confinamiento en tiempos de coronavirus.

Carolina Ramos

Como cada tarde a las 20 horas, después de mis aplausos, me siento en la terraza y observo el esfuerzo que, entre todos, como un gran equipo, estamos haciendo. Pero también observo, llena de rabia y preocupación, la irresponsabilidad de unos pocos , aunque quizás ellos, como lo hice yo, piensen que no les puede pasa nada.

12 marzo, 6 de la mañana, suena mi despertador. Me levanto llena de energía, tomo mi desayuno repasando mentalmente mis clases. El alumnado está preocupado, el Corredor del Henares está despuntando en casos positivos, tienen conocidos, casos cercanos, así que hoy con mis clases de Educación Física voy a hacer que disfruten, que participen y que se olviden por un rato de este caos que a todas horas está en la tele.

Más tarde, de camino a casa, reflexiono sobre lo bien que lo hemos pasado, cuánto han reído. Han puesto dispensadores de hidro-alcohol por todo el insti , no me gusta, pienso que están asustando a los chicos.

Me llaman por teléfono para avisarme de que suspenden el claustro de la tarde, en la tele dicen que los positivos aumentan. ¿Pero cómo nos va a pillar el bicho a nosotros , a un municipio de 8.000 habitantes?

Pero poco después llego a casa con mucho frío. Tengo fiebre, la cabeza me va a explotar… Y lo pienso, pero no, no puede ser… ¿Pero y si es? Prefiero esperar, no quiero colapsar las líneas, puede haber gente grave llamando. Llega la noche y comienza la tos que te desgarra por dentro. Ahora sí es el momento de llamar. Varias preguntas y el resultado: sospecha de Covid-19 y asistencia telefónica.

Fiebre, tos, dolor de cabeza, erupciones cutáneas, heridas en las manos, llagas en la boca, mareos, vómitos, deshidratación, dolor de cuerpo, ¡pero agradecida porque puedo respirar !

Y ella, a la que cada tarde van dedicados mis aplausos, no falla a su palabra y me llama y me cuida y me anima , y me alienta y me da calor. No nos conocemos, nunca he necesitado su ayuda pero ahora ella siempre estará en mi corazón.

17 de abril. Un mes y cinco días desde que empezó mi pesadilla , y su llamada: "Enhorabuena Carol, lo has superado". Deportista, dinámica, en forma, 39 años, nunca cogí ni una gripe y este bicho fue más rápido que yo.

7 de mayo. Última placa de tórax: limpia. Pero aún me acompaña la tos, el quemazón de pecho y garganta (debido a micro heridas que el bicho ha dejado por donde ha pasado), las palpitaciones nocturnas y sobre todo el miedo. Miedo a lo desconocido, miedo a la soledad, miedo a las secuelas, miedo a que el bicho actúa de manera diferente en cada cuerpo, miedo a que el bicho no respete ni edad ni condición física.

Porque este partido lo vamos a ganar. Sí, eso es lo que dicen, eso es lo que se oye. Y, de acuerdo, este partido lo vamos ganar, pero no a cualquier precio, ¡demasiado hemos pagado ya! Así que unidos en el mismo juego , no olvidemos que "ningún jugador es tan bueno como todos juntos", como dijo Alfredo Di Stefano.

* Carolina Ramos Moya es profesora y vive en Getafe, Madrid.

Si tú también quieres compartir tu testimonio sobre cómo estás viviendo la situación provocada por el coronavirus puedes hacerlo escribiendo a testimonioscoronavirus@abc.es

Debes indicarnos tu nombre completo, DNI y lugar de residencia. Seleccionaremos las historias más representativas para publicarlas en ABC.es

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación