Suscribete a
ABC Premium

El burladero

Nostalgia de Rubalcaba

Era un hombre de Estado alojado en la izquierda

Carlos Herrera

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Ayer Felipe González se desmarcó, en un acto ecuménico en homenaje a Rubalcaba, de la estrategia de Su Sanchidad. Dijo, con una claridad aplastante, que él nunca pactaría con aquellos que quieren acabar con su país tal y como lo tiene interpretado su Constitución, por ... mucha legitimidad que tengan sus votos. Estaba sentado a pocos metros el ministro Ábalos, el cual se había empleado a fondo durante unos días en convencernos de que el Gobierno no había pactado con Bildu. No me consta ninguno de sus mohínes porque yo estaba a su espalda y no me dio lugar a comprobar si mostraba alguna incomodidad, que ya me imagino que no, porque todo fue muy «polite». Era un acto entre socialistas del Antiguo Testamento, y algún que otro outsider, en el que nadie iba a pisarse manguera alguna. El magnífico periodista Antonio Caño presentaba su libro dedicado a Pérez Rubalcaba, y contaba con la presencia de quienes acompañaron al inolvidable (inolvidable, si, sé lo que digo) secretario general de los socialistas en los tiempos en los que determinados valores aún pervivían en la política española. Rubalcaba no fue ningún santo, pero su altura política, su capacidad de diagnóstico, su finura para el mal, su maniobrabilidad perversa, su sentido de Estado, jamás habrían contemplado el pillaje que los socios y amiguitos de Su Sanchidad han establecido en torno a la aprobación de los Presupuestos. Sánchez, ese aventurero de la política que ha demostrado largamente carecer de ningún tipo de escrúpulos, ha admitido cualquier precio con tal de seguir en el machito y en el Falcon tres años más: el castellano al desván, los militares fuera de Loyola, los golpistas indultados con reformas legales «ad hoc» y los madrileños, ay los madrileños, a pagar más de lo que pagan, aunque contribuyan más que ningún otro a la caja común.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia