Suscribete a
ABC Premium

Luis Ventoso

Bromas

Lo que contó aquel hombre evocaba un mundo muy pardo

Luis Ventoso

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Una cosa es verlo a lo lejos, o que te lo cuenten de segunda mano. Otra que una persona que lo padece cada día te lo relate en persona, en todo su detalle y angustia. Saludo a un catalán de 60 años, a quien conozco ... desde hace tiempo por encuentros superficiales, pero siempre agradables. Está en Madrid, de visita fugaz por trabajo. Es un hombre vivaracho y extrovertido, muy laborioso, un padre de familia currelas, que siempre ha sabido buscarse el condumio. Luce la tez tostada que deja el benigno clima mediterráneo y una corbata sobre una camisa oscura, de esas que fueran moda en aquella tierra. Al segundo, por supuesto, estamos ya hablando del monotema (o más bien es él quien habla; yo solo escucho su testimonio, que oscila entre la perplejidad, la desazón y algunos trallazos de humor terapéutico). Cuenta que vive en un pueblo periférico, de unos seis mil habitantes. Un lugar bueno y confortable. Hasta que todo cambió. Explica que la presión nacionalista se diluye en las ciudades, pero en los pueblos pequeños de mayoría independentista, como el suyo, la atmósfera se ha tornado atosigante. Personas que consideraba amigas han iniciado un distanciamiento preventivo, no vaya a ser que el españolismo les tizne la honra; una especie de cordón terapéutico, todavía sutil, pero que progresa. No se trata de un extremista. Es solo uno más de esa mayoría silenciosa que se siente catalana y española con naturalidad, sin aspavientos. Cuenta entre lamentos lo ya sabido: que la política ha quedado prohibida en las comidas familiares y sociales, que ya no es posible intercambiar pareceres con un nacionalista sin que el debate acabe en un enconamiento retorcido, de mala entraña. La libertad de expresión ha quedado en suspenso de facto en la vida callejera, salvo para una de las ideologías: la que alimenta el poder.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia