España y la Cataluña ciudad

A muchos les sorprende la absoluta autonomía de ideas y la independencia con respecto de cualquier tipo de ideología y prejuicio de Eugenio Trías, el gran pensador de la segunda mitad del siglo XX en nuestra lengua. Su libertad de pensamiento y los variopintos –casi exhaustivos– intereses le hacen sencillamente imposible de etiquetar o catalogar: pertenece a una familia de la burguesía catalana pero se acercó, en su juventud, al comunismo. Durante un breve lapso de tiempo fue miembro del Opus Dei, pero se interesó, de un modo muy serio, por el mundo de las religiones orientales. Habló del cansancio de Occidente, y fue muy crítico con la postura de éste en acontecimientos clave como la Guerra del Golfo, pero su obra constituye, ciertamente, una puesta en valor de la cultura europea, de su filosofía y de su música, como aportación decisiva al mundo: «Occidente es un organismo cansado. Empiezo a pensar que está sencillamente en estado terminal. Y lo digo con verdadera amargura, pues mi ser, mi vida y mi destino es, desde luego, europeo». Votó muchas veces al PSOE pero argumentó, en otras coyunturas, la necesidad de votar al PP. Era un acérrimo defensor de la ciencia y del progreso, pero muy crítico con el materialismo y con lo que él denominaba casino global, creyendo en la vigencia de algunas teorías de Marx como filósofo. Era un convencido crítico de la noción de patria pero, en plena, Transición española, se acercó al catalanismo para buscar en él elementos que le parecieran filosóficamente legítimos y valiosos para proponer, desde el pensamiento, una nueva relación, sana y conciliadora, entre Cataluña y España. El referido libro, ahora rescatado, es fruto de ese acercamiento filosófico.

Y es que creía que el filósofo se debe caracterizar por transgredir y cuestionar las ideas establecidas, la realpolitik y el statu quo; en este mismo libro confiesa «no soy doctrinariamente idealista ni materialista, sino que inclino el método en función del rendimiento objetivo que persigo». Se inspira, en esta obra, en ideas de grandes pensadores españoles y catalanes del siglo XX: Unamuno, Ortega y Gasset, Eugeni d’Ors y Joan Maragall. Y sostiene en ella la necesidad de revisar, críticamente, la idea de nación, si bien cree que no va a ser fácil por requerir una madurez de pensamiento en la sociedad y una «confianza de ésta en sus propias fuerzas reales y morales».

La originalidad del libro estriba en que ubica la solución a los nacionalismos seculares, de uno y otro tipo, sean de derechas o de izquierdas, sean españolistas y catalanistas, en un desplazamiento de las ciudades al centro del debate y de la praxis: las grandes ciudades cosmopolitas, entre las que Madrid y Barcelona deben tener, según expone, un papel preponderante, de raíces históricas, por haber encarnado dos formas de entender España que hoy pueden sintetizarse por medio de la idea de una civilidad cosmopolita, pues las grandes ciudades modernas retienen, median y superan –para Trías– lo local y lo patrio, por un lado, y lo universal y global.

Félix Riera –el organizador de este debate que se celebrará, simbólicamente, al día siguiente del Día de la Hispanidad en una institución tan relevante e histórica como es Foment (Fomento del Trabajo Nacional)– escribe: «hay ensayos que, con el tiempo, pierden su capacidad de interpelar el presente y otros que nunca dejan de hacerlo. Este ensayo es un claro ejemplo de un texto que nos interpela y busca constantemente para avanzar en una definición abierta y compleja de Barcelona. Sus reflexiones siguen estando presentes en la agenda intelectual y política de la ciudad en un momento en que la crisis económica del año 2008, la crisis política del 2012, con la puesta en marcha del conflicto político entre Cataluña y España, y la crisis de la Covid-19 obligan a plantear qué rumbo debe tomar Barcelona».

El acto se podrá seguir presencial y virtualmente previa inscripción.

Arash Arjomandi es filósofo y consultor en INSPIRALIA.ORG