Juana, las 'Paquis' y la ley
La medida de gracia la ha concedido el Gobierno a Rivas en el Consejo de Ministros, el lugar donde Sánchez suele ajustar cuentas con los tribunales que no le dan la razón
El Gobierno ha hecho caso a la mitad de los magistrados del Tribunal Supremo que se mostraron favorables a indultar parcialmente a Juana Rivas, condenada en firme por secuestrar a sus hijos. La otra mitad de la sala no era partidaria de la medida de ... gracia parcial, que es lo que finalmente ha concedido el Gobierno a Rivas en el Consejo de Ministros, el lugar donde Sánchez suele ajustar cuentas con los tribunales que no le dan la razón. Porque, en realidad, al sanchismo le viene dando bastante igual lo que opine la Justicia sobre el cumplimiento de las condenas que impone a los delincuentes que juzga, como se demostró en el caso de los golpistas del 1-O. El 'caso Rivas' es la nueva constatación de la estrategia sanchista de intentar superponer la denominada 'acción política' sobre la vigilancia que los tribunales ejercen sobre el Estado de derecho y sus normas, que a todos atañen mientras no se crucen en los objetivos de la secta progre cuando se pone delante de los matraces de su 'laboratorio social'. Desde el principio, y con la ayuda de las llamadas 'Paquis' -aquellas activistas que comandadas por Francisca Granados asesoraban (visto lo visto, muy mal) a Juana Rivas en el litigio que mantenía con el padre de sus hijos- el Gobierno 'construyó' el caso desde la óptica de la lucha feminista pese a que todos y cada uno de los juzgados y tribunales iban quitándole la razón a su defendida, sencillamente porque no la tenía. La entonces vicepresidenta Calvo y la también entonces presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, formaron parte del frente de oposición a lo que iban determinando los jueces. Hoy, las dos ex pontifican en las tertulias.
No se puede esperar mucho más de un Gobierno que integra a Unidas Podemos, en guerra abierta con los jueces y que en esta materia ha sido asesorada por una señora condenada a dos años y medio de cárcel por secuestrar a sus hijos, a los que mantenía en paradero desconocido y sin escolarizar con tal de que el padre no tuviera contacto alguno con los chiquillos. Cómo no entender que de aquellos consejos nos hallemos en este barrizal.
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